PeRrAs NeGrAs sueltas al aire...
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brotes

cachos

Al VeR llOvEr
(partes de mi)
Mercedes Groba

jueves, 8 de diciembre de 2011

Caja China


Hay días
en los que me quedaría
píntadome con el sol de la mañana
iluminada,
abrigada en esta ventana
con una estufa cerca
y un rico mate de mi casa.

Hay otros
en los que me muero de frío
y me sube un invierno todo adentro
Entonces salgo,
me subo al colectivo,
te busco en mis papeles,
veo gris por todos lados,
y enojadísima le exijo un chocolate
al pobre tipo del kiosko,
le estampo un abrazo equivocado
al del estacionamiento,
me paro cerca de una florería a ver si ligo algo...

Esos días
siempre me parece que los de al lado pueden más que yo
que ella seguro que es más linda,
que vos ya estás de vuelta y el pasado no te tira
y pongo la firma que el domingo no te pesa.
Y así, la cama me arrastra como un imán y no me suelta.

Al día siguiente
o a veces a la hora
no se muy bien porqué
algo me pica bien adentro
y digo ¨sí, me saco un pasaje¨
¨yo de acá, me mudo¨
qué te pensas vida?!
que vas a poder conmigo?!
no señora!
y afirmo mis pies al piso y no te respondo
te parto un buen silencio en la mitad de la cara
y me voy con glorias de ganadora

para volver diez minutos más tarde
y darte un abrazo
para que largues de una vez esos colmillos que están largos
dale...!!! ya te estás poniendo verde otra vez!
y la ternura que tenés atragantada
se te caiga
ahí, por todos lados.

Hay días
y días
y días que caben adentro de otros
mi tiempo es,
una caja china.

lunes, 13 de junio de 2011

Nave espacial

Sentadito con tus rulos alborotando el aire, me contás que la abuela se fue al cielo y que ya lo decidiste: te vas a ir a buscarla en una nave espacial. Porque vos ya sos grande y sabés como es la cosa... el abuelo nunca volvió...
La ternura se parece tanto a la tristeza que te parte el corazón. Cómo son los mundos de los OtRoS? cómo es el mundo con los ojos cerrados? cómo es el mundo del otro lado? te siento, la tristeza cae adentro, te estás lloviendo encima. Puedo entrar en lo oscuro, en tu sueños, en la soledad de tu silla vacía. Tenés algo misterioso, ahí, no, más allá, correte el pelo, dejame ver...no te preocupes tengo cinta y abrochadora, digo, por si te rompés. Cómo está tu corazón? Para ser sincera, no tengo ningún siete de basto, ni canto retruco y siempre fui muy mala para contar los puntos. No me importa si te pusiste desodorante, si los vasos tienen luces de fiesta, si nadie le dijo nada a los chicos, si la torta tiene poca azucar o esto que estamos construyendo se va a romper...poné más agua, yo cambio la yerba. Lo justo es crear algo más habitable para todos, la obra comienza cuando te invito a respirar conmigo y se abre otra posibilidad de encuentro, cuando cerramos los ojos, lo que creemos y recién ahí nos podemos mirar. Sin ataduras, sin conceptos, sin necesidad de entender. Nos respiramos en una cercanía que no tiene fronteras, ni sociales, ni de edad, ni de países. El único borde es la piel. Punto.Último y primero, donde nos parecemos todos, en la fragilidad más sincera. Cómo me aprieta el zapato, dónde se me clava lo que más duele. No me interesa que esto sea de cualquier manera, dónde quiero ir a abrir sentidos, dónde volver más humanas las diferencias.
De cualquier manera, Diego tiene razón, vamos en nave espacial al cielo a buscar a los que no están y gracias por distraer con nimiedades la persecusión de lo invisible.

miércoles, 8 de junio de 2011

Baldosas


Cada quien a su baldosa! Las hay de colores. Blancas, lisas, a rayas. Algunas patinan, otras están rotas, verdosas, llovidas. Cada una con su nombre, su lugar. La única forma que encontré para caminar por la vereda es mirando baldosas. A una muy especial le grabamos el nombre y la pusimos en la puerta de una casa, porque me recuerda que los que no están también estuvieron bien parados. Las raíces las levantan, sublevan el orden, exigen un trabajo. Cuando una baldosa se acomoda, la de al lado cruje, salpica, se queja y también en definitiva, encuentra un otro lugar. Pelear por el recondito espacio que nos tocó en suerte es una lucha aguerrida que no termina, una explosión de agua de lluvia y cemento con tierra. Solo con el tiempo... La mandíbula cede, todo decanta por su propio peso. Aflojo, solo en mi baldosa puedo llorar.

lunes, 6 de junio de 2011

una pregunta...



una pregunta...

cómo se juega al amor en silencio?


cómo vive el rastro de nosotros sobre tu cuerpo cuando estamos lejos?

cómo hacen los otros?

cómo hacen todos los otros?

miércoles, 25 de mayo de 2011

Ruta de pájaros


Llegar
una ruta de pájaros en la memoria
un escándalo todo adentro

andando
kilómetros, fronteras, bordes, puertos, mares

el alma de rodillas
plegada en el agua
descansa

reconocer la fuerza
en silencio.

Miro mi voz
que canta en el lago,
soy yo quien dibuja mis propias puertas.

El cuento que me cuento ya está viejo
esa que creo ser ya es otra.

Naranja y sin hojas


Una persona es un territorio. Soy un territorio, profundo y superficial, con tiempos y dudas. Partes livianas, bobas, risueñas, otras pensantes, reflexivas, aereas. Soy muchas al mismo tiempo y ninguna de todas esas. Tengo inseguridades y miedos como para dormir con la luz prendida toda la vida. Para todo encuentro formas que me sirven. Arquetipos. Para caminar, para no sentir, para seguir sufriendo siempre, para no parar de reir, para que el tiempo no pase, para que el dolor no pese... justifico ausencias, me enojo en una lucha que no termina. Se puede estar muerto en vida. Puedo habitar territorios oscuros, solitarios, desiguales... dejar dias en la sombra de un oscuro resplandor. Para cosa armo figuras. Para bailar entre sombras. Hasta para ver pasar un tren. Hasta para llegar al amor. Hasta para dejarlo irse por la ventana un rato después. Así soy, así paso las horas del día. Los años se encargan de hacer caer obsoletas unas y otras para adquirir nuevas, convencidas de que estas son mejores, más acabadas, ya maduras, más seguras y flexibles con la edad y las patas de gallo. Un día cualquiera, solo en los mejores casos, muchos pero muchos años más tarde y sin mayores pretensiones, cansada de la hora de siempre, aflojaré mis zapatos al llegar a casa. Acomodaré mi cuerpo que cede, blando en la silla y dejaré caer unas lágrimas sin resistencia. Tomaré un mate en silencio con mi compañero al lado hasta dejar caer la cabeza para un costado. Así me iré. Físicamente. Si es que alguna bala perdida no me abrevia la existencia antes o me enredo con un cable de telefono. Solo yo se que a veces me voy antes de irme. Alguien me dijo que la muerte es naranja y sin hojas, yo le creo.