PeRrAs NeGrAs sueltas al aire...
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Al VeR llOvEr
(partes de mi)
Mercedes Groba

lunes, 13 de junio de 2011

Nave espacial

Sentadito con tus rulos alborotando el aire, me contás que la abuela se fue al cielo y que ya lo decidiste: te vas a ir a buscarla en una nave espacial. Porque vos ya sos grande y sabés como es la cosa... el abuelo nunca volvió...
La ternura se parece tanto a la tristeza que te parte el corazón. Cómo son los mundos de los OtRoS? cómo es el mundo con los ojos cerrados? cómo es el mundo del otro lado? te siento, la tristeza cae adentro, te estás lloviendo encima. Puedo entrar en lo oscuro, en tu sueños, en la soledad de tu silla vacía. Tenés algo misterioso, ahí, no, más allá, correte el pelo, dejame ver...no te preocupes tengo cinta y abrochadora, digo, por si te rompés. Cómo está tu corazón? Para ser sincera, no tengo ningún siete de basto, ni canto retruco y siempre fui muy mala para contar los puntos. No me importa si te pusiste desodorante, si los vasos tienen luces de fiesta, si nadie le dijo nada a los chicos, si la torta tiene poca azucar o esto que estamos construyendo se va a romper...poné más agua, yo cambio la yerba. Lo justo es crear algo más habitable para todos, la obra comienza cuando te invito a respirar conmigo y se abre otra posibilidad de encuentro, cuando cerramos los ojos, lo que creemos y recién ahí nos podemos mirar. Sin ataduras, sin conceptos, sin necesidad de entender. Nos respiramos en una cercanía que no tiene fronteras, ni sociales, ni de edad, ni de países. El único borde es la piel. Punto.Último y primero, donde nos parecemos todos, en la fragilidad más sincera. Cómo me aprieta el zapato, dónde se me clava lo que más duele. No me interesa que esto sea de cualquier manera, dónde quiero ir a abrir sentidos, dónde volver más humanas las diferencias.
De cualquier manera, Diego tiene razón, vamos en nave espacial al cielo a buscar a los que no están y gracias por distraer con nimiedades la persecusión de lo invisible.

miércoles, 8 de junio de 2011

Baldosas


Cada quien a su baldosa! Las hay de colores. Blancas, lisas, a rayas. Algunas patinan, otras están rotas, verdosas, llovidas. Cada una con su nombre, su lugar. La única forma que encontré para caminar por la vereda es mirando baldosas. A una muy especial le grabamos el nombre y la pusimos en la puerta de una casa, porque me recuerda que los que no están también estuvieron bien parados. Las raíces las levantan, sublevan el orden, exigen un trabajo. Cuando una baldosa se acomoda, la de al lado cruje, salpica, se queja y también en definitiva, encuentra un otro lugar. Pelear por el recondito espacio que nos tocó en suerte es una lucha aguerrida que no termina, una explosión de agua de lluvia y cemento con tierra. Solo con el tiempo... La mandíbula cede, todo decanta por su propio peso. Aflojo, solo en mi baldosa puedo llorar.

lunes, 6 de junio de 2011

una pregunta...



una pregunta...

cómo se juega al amor en silencio?


cómo vive el rastro de nosotros sobre tu cuerpo cuando estamos lejos?

cómo hacen los otros?

cómo hacen todos los otros?