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Mercedes Groba

jueves, 24 de junio de 2010

Viaje a Hudson




Me subo al colectivo. El cielo encapotado. No veo nada. Apoyo la cabeza contra la ventana y ya me parece que estoy viajando lejos, que me voy yendo. Veo la linea del asfalto que se expande a lo lejos, sigue en silencio marcando el camino en la negrura. Solo gotas contra la ventana. Caen una, dos, tres, se derriten de cara contra el vidrio formando un rio. Es tarde. Estoy lejos camino a un lugar desconcido. Algo me dijeron, un mapa inextricable de cuadras con numeros paralelas a las vias de tren, calles de tierra, lentejas y guitarra. Un fueguito con tres deseos espera a lo lejos, rincon escondido al que solo un colectivo con cartel que dice camino del centenario sabe llegar. El paisaje se nubla, se abruma, se va contorneando entre el viento, la espasura, las gotas suspendidas que ceden hacia el piso y el frio que me retuerce. Es una noche del dragon. Hay luna llena. No la veo pero estoy segura, la siento adentro con una puntada que me obliga a hacerme bollito.
Me doy vuelta y la veo. Soledad esta sentada atras mio y habla por telefono deliberando sobre las propiedades del chocolate y el pimiento. Poco sabe sobre su propio placer. Simplemente, lo desconoce. Solo rebota de una lado al otro de la cancha entre la lucha de genero, las canciones de protesta cantadas a medias, la facultad, el laburo en el barrio y la casa de los viejos. Mira timida de reojo, espia como una niña las voces ajenas que aprendieron a nadar cantando, los cuerpos de las otras que bailan. Añora un dia volver a sentirse plena, mujer. Intuye que falta poco. Tiene un franco rotativo por semana que espera con ansias. El resto tiene horarios y tiempos de los otros que hacen que quede enredada en una telaraña de quejas y deseos postergados en subjuntivo. Detesta esperar el colectivo y ya desearia haber llegado a casa hace rato. No cree en brujeria ni en nada de eso pero que las hay, las hay.
Es el ultimo dia de mayo. Del otro lado de la ciudad avanza la hora.
6.45am. Parque Chacabuco.
Viene?
Es dificil el oficio del ciego, tenes que desarrollar muchas referencias. Ahora ya casi no escucho, se me rompio el audifono
Ciego y sordo?
Es como tener algodones en los oidos.
yo? Salvador. Ese nombre no tiene nada que ver conmigo.
Las brujas...?que las hay las hay...
Huele algo que se pudre adentro. Sentido: olfato. Pienso estupidamente, Dios te salve, salvador.

Soledad llega cansada a casa, decidida a finalizar el dia. Entra sigilosa cuidando que no se escape el perro. Se saca los zapatos y se desploma en el sillon. Se le hace agua la boca, piensa ¨hay torta de manzana que hizo mama¨. Pero ella quiere algo mas. Siempre quiere algo mas aunque no sabe que. Entra en la habitacion, se acerca a Salvador y lo increpa ¨y, me compraste algo rico?¨. El no contesta, por la sordera, dice. Ella deja los reproches y empieza a llorar. Suspira y responde ¨si preferis que no nos veamos puedo entenderlo¨.
Hace rato que Salvador ya no puede verla. Apenas puede oirla. El solo habita una orgia de olores. Todo se le superpone. Se siente oscuro, infinitamente perdido, caotico. Le encantaria arrebatarla de la cama de al lado pero ya no puede salvar a nadie. Piensa que ya es tiempo, que ya deberia sacarse definitivamente el nombre, ya no le corresponde. Enfoca catatonico la pared amarillenta por la humedad. Abre la boca como un cofre y salen unas palabras añejas, que estaban guardadas dobladitas en el desvan con la pila de las sabanas.
¨Habia algo mas intimo que contarte un cuento todas las noches? Perdoname. Me perdi. Se me fueron las historias. Necesito un beso. Veni, acostate aca. Te quiero cuidar.¨
Soledad ya esta del otro lado de la puerta con el bolso en la mano. Sabe que su camino tambien es caminar en la negrura. Necesita algo dulce. Lo necesita desesperadamente. Va a salir a buscarlo en la intemprerie de la noche como una fiera. Hay gustos que cambian con el tiempo.
Yo distraida, me avisan que llegue. Me tengo que bajar. Basta de viajar. Cansada de andar en esta red imposible de desencuentros, en este abrir y cerrar de picaportes.

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